Desterrado de toda belleza y cadente de toda inspiración; anduve por el blanco pasillo de los estériles, una lírica escuadrilla de lamentos sin sentido, numerosos jugueteos con amargos caramelos recetados, y una lenta sinfonía de charlas sin respuestas. Perdido vagué por el jardín del olvido, y recosté bajo un árbol de tijera y chocolate, serpentina y pica pica; baile "Elvira Madigan"; tomé una fría taza sin café junto al viento, que tras la promesa de guardar el invierno en mi corazón, acaricio mi rostro, y ofreció tejerme uno de brisa marina, dulces cabellos y finas hileras de nostalgia. Caminé hasta " el Lago del Ultimo Verso"; que contiene las lágrimas y el dolor de todos los hombres, me arrodillé a sus orillas y bebí de sus tristes aguas; divise a los lejos un pequeño muelle, una corroída balsa de recuerdos, y atada a ella, una sonrisa sin nombre; me acerqué a él y vi en el balsero mi rostro envejecido tras un velo negro y un amargo aroma a soledad... Llegamos a una pequeña isla en medio del lago y vi mi vida en diecinueve pulgadas, siete intervalos de tiempo, dos fragmentos de sátiras carcajadas, y cinco fuertes hombres de blancos atuendos aprisionando mis deseos de soñar; sintiendo una vez mas, ser el pequeño títere de cortas cadenas para ser feliz...
Gabriel plott.